NEFILIM: “LOS DIOSES DEL CIELO”

14.04.2013 12:02

 

NEFILIM: “LOS DIOSES DEL CIELO”

POR MARÍA DANIELA BARCHIESI

 

 

 

Para poder hablar de los Nefilim, como le llamaban los antiguos sumerios, o Anunnakis, primero debemos responder algunas preguntas, tales como: ¿Qué somos? ¿Cómo funciona este planeta? ¿Quiénes estuvieron antes de nosotros?

Pensar en habitantes prehistóricos, es difícil, pero sin embargo los indicios, las huellas, están allí, en las rocas de las montañas, en los valles de los ríos, debajo del mar, en la tierra, en la Gaia.

Gaia

 

 

No hemos sido los primeros ni únicos en habitar este planeta, tampoco seremos los últimos.

En un principio existió el Creador, que formó un Universo Espiritual, y creó a los seres que lo habitaban.

Estos seres, los seres espirituales al pensar, crearon el Universo Mental, donde todo lo que allí existe, es producto de éstos. La información es la unidad. Existen varios niveles en este universo.

Los seres del universo mental crearon el Universo Material. La materia es una forma de energía, que une a todas las cosas y seres de este universo.

Nuestro planeta Tierra, está formado por esta energía y se comporta como un ser vivo. Tiene una red de puntos energéticos, a través de los cuales se comunica con el multiverso pluridimensional.

Red Energética Planetaria

 

 

Todos los seres materiales y temporales que habitamos este universo, poseemos unos centros energéticos (los chakras) en nuestro cuerpo. A través de ellos formamos parte de la conciencia global de nuestro universo, por lo tanto nuestras acciones afectan al conjunto de universos y dimensiones.

Los chakras

 

 

Estamos inmersos en un ciclo de vida, muerte y renacimiento (el Samsara o rueda de la vida). Nuestro ser puede ascender hacia otras realidades; pero realmente la forma de ascender es como raza, por la conciencia global que nos une e identifica.

Nuestro planeta, forma parte de un plan cósmico llevado a cabo por seres superiores que crearon en la Tierra una biblioteca de la vida.

Cada forma de vida en la Tierra, es un regalo de estos seres.

En un principio, los seres vivían en armonía con el todo y con los demás.

Otras razas han habitado y visitado nuestro mundo, las huellas de su estancia están diseminadas por todo el planeta.

Pero muchas de estas razas, estaban en guerra entre ellas, y cuando visitaban nuestro planeta, lo hacían con diferentes fines. Sin embargo no podían destruirnos, ya que la Tierra estaba protegida, por ser ésta la biblioteca del Universo.

El hombre había aparecido sobre el planeta, según restos encontrados en la India, hace 1.000.000 de años. Otros homínidos se encontraban en África (el homo antecesor de atapuerca, en Burgos) y España (el abuelo de atapuerca).

El Hombre de Atapuerca

 

 

Los Neandertales, desarrollaban su cultura y conquistaban Europa y Eurasia. Aunque la ciencia ha debido reconocer, que existían más especies sobre el planeta, como el Homo Ha bilis de Indonesia, con una antigüedad 1.860.000 años.

Pero mientras estos primeros homínidos daban sus primeros pasos por el planeta, ya florecían importantes razas sobre la tierra como los Lemurianos, asentados en un territorio que hoy ocupa el Océano Pacífico e Índico, la civilización Mu, que alcanzaron un alto grado de desarrollo y que eran visitados por seres de otros planetas y dimensiones.

Otra civilización que existía sobre la tierra, en una gran isla continente, ubicada en lo que hoy es el Océano Atlántico, era la Atlántida.

Mu o Lemuria y Atlántida

 

 

Éstos surgieron por el mestizaje entre Lemurianos  y extraterrestres Pleyadianos, parientes cercanos  de los nórdicos, altos, de piel blanca y ojos azules, que son seres multidimensionales.

Los Atlantes se relacionaron con los Lemurianos, que aportaron un gran desarrollo y tecnología. Por su parte los Atlantes, estuvieron presentes en territorios como Centro y Sur de América, la Península Arábiga y el Valle del Indo.

Los primitivos Atlantes y Lemurianos, tenían la religión, o filosofía, transmitida por los Pleyadianos, del uno con la naturaleza, con la tierra.

Los Atlantes conocían todos los puntos energéticos de la tierra y su poder, y los utilizaban para beneficio de todos. Sus famosos cristales, conseguían utilizar esta energía para dotar a su pueblo de una gran espiritualidad y tecnología. 

Mapa Energético del Planeta

 

 

Alrededor del año 450.000 A.C., llega a nuestro planeta otra raza: los Nefilim, o Anunnakis, los “anu-na-ki” traducido del sumerio como “los que vinieron del cielo a la tierra”.

La llegada de esta raza es relatada por los sumerios, en unas tablillas de barro, que fueron encontradas en distintas excavaciones arqueológicas, a lo largo del siglo XX.

 

Tablilla Sumeria que ilustra al Dios Anu (Anunnakis)

 

 

Los Anunnakis, descendientes de una antigua raza reptiliana, forman una sociedad muy jerarquizada, con un sistema político basado en la monarquía, esto hace que las guerras de sucesión, sean frecuentes.

Estos seres provenían del doceavo planeta de nuestro Sistema Solar, conocido por los científicos como el “Planeta X”.

Este planeta se llama “Nibiru”, y a diferencia de los otros del Sistema Solar, se mueve en sentido horario, y no en sentido anti horario. Tendría una órbita elíptica.

 

Nibiru pasa por la órbita de nuestro Sistema Solar, sólo una vez cada 3.600 años, lo que es igual a un Nibiru año.

“Aquellos que del cielo a la Tierra vinieron”, se establecieron en la zona de lo que hoy es Irán e Irak.

 

La razón por la que los Anunnakis, aterrizaron en la Tierra, se debió a que en su planeta de origen, tenían un problema en la atmósfera contaminada. Al explorar nuestro suelo, encontraron grandes cantidades de minas de oro, este mineral lo usaban para sanear su atmósfera.

Una nave en la que viajaban el rey Anu y sus dos hijos Enki y Enlil, y otros pocos tripulantes, estableció una base en la Península Arábiga. Posteriormente una expedición comenzó a explotar grandes minas de oro en África.

 

Mientras tanto en la tierra conviven los atlantes con los lemures, orientados por los Pleyadianos, donde la presencia de los Anunnakis, que sólo se dedican a la extracción de oro, pasa desapercibida, pero estos se han establecido definitivamente en nuestro planeta.

Con el tiempo los Anunnakis, comienzan a relacionarse con los Atlantes, a los que admiraban por su pofunda espiritualidad, y se lleva a cabo una relación de mestizaje, que trae como consecuencia un linaje híbrido. Este linaje nuevo entrará en conflicto con los Atlantes puros, ya que su filosofía de vida es muy diferente a la impartida por los Pleyadianos. Los Anunnakis carecen de sentimientos y le rinden culto al sol.

Los antiguos Lemurianos, intervendrán apoyando a las antiguas creencias pleyadianas, pero entonces en la Tierra se produce un tremendo cataclismo, haciendo que el continente de Lemuria desaparezca bajo las aguas del Pacífico. El centro energético de Lemuria se ve alterado y formará lo que hoy se conoce como “El triángulo del Dragón”(lugar que tiene las mismas características que el triángulo de las Bermudas). 

Triángulo del Dragón

 

 

Mientras tanto los Anunnakis, continuaban con la explotación minera, que ya llevaba alrededor de 200.000 años. Pero los trabajadores, de su misma raza, debido a las pésimas condiciones de trabajo y a las duras condiciones de explotación, produjeron una revolución y se negaron a seguir trabajando.

La extracción de oro no podía pararse, porque ponía en grave peligro la supervivencia de su planeta. Fue entonces que el príncipe Enki, pensó en manipular genéticamente algunos homínidos que vivían cerca de las minas, para convertirlos en eficaces trabajadores.

La manipulación consistió, en anularles a los homínidos, la mayor parte de los centros energéticos, para que no pudieran recibir la energía exterior, y le suministraron parte del ADN anunnaki, para darles una conciencia similar a la de ellos. Así nació el Homo Sapiens Sapiens.

Primero crearon unas pocas criaturas que les sirviera para trabajar en las minas, éstas al terminar la jornada, volvían a una base anunnaki llamada “El Eden”.

El “ser humano” que habían creado debía tener sus mismas características, ser eficiente, calculador y frío, pero por su condición de mamífero se sobrepuso al cerebro reptil, y los hombres comenzaron a experimentar sentimientos.

Como dijimos anteriormente, los anunnakis carecen de sentimientos, y esta característica, les impide recibir la energía del universo que habitan. Su comportamiento, sus creencias y sus objetivos, se alejan de la unión con el Universo. Aunque los Pleyadianos dicen que algún día ellos recordarán y podrán volver a recibir la Energía Universal.

Esto no les pasó desapercibido a los Anunnakis, y viendo como el hombre se reproducía, temieron por su seguridad, y entonces los expulsaron de la base Eden, dejándolos cerca de las minas.

Este esclavo al que llamaron hombre, con una parte de ADN anunnaki, había comenzado a evolucionar, sus mujeres eran muy hermosas y los reptilianos comenzaron a tomarlas, creando una dinastía de sangre y herencia que perdura hasta nuestros días.

Haciendo historia, hacía un largo tiempo atrás, los Anunnakis habían mantenido una cruenta guerra con los Nórdicos (una rama de los Pleyadianos), en el Cinturón de Orión, y la habían perdido.

Constelación de Orion.

 

 

La capacidad espiritual de los Nórdicos, los hace muy superior a las razas reptiloides, incapaces de tener sentimientos.

Cuando los Nefilim llegaron a la Tierra, se encontraron con que los Nórdicos, sus viejos enemigos, se habían mestizado con los Atlantes y formado una nueva raza híbrida.

Los Anunnakis que eran expertos en genética, vieron la posibilidad de ganarles la guerra a los Nórdicos, manipulando su propia genética, y adoptando los rasgos externos de éstos, se infiltraron en sus “Escuelas de Secreto”.

Estas escuelas, explicaban el conocimiento de los Nórdicos, a elegidos Atlantes, que por su carácter híbrido, poseían cualidades innatas, para dirigir a la sociedad atlante hacia el desarrollo espiritual, que les permitiría ascender como raza, como lo hicieran los Pleyadianos y los Nórdicos.

Pero no todos los experimentos genéticos fueron exitosos, de allí salieron diferentes criaturas, como elfos, gigantes, gnomos, ogros, orcos, trolls, y algunos de éstos causaron el caos y se adueñaron de territorios habitados por humanos.

Finalmente los Anunnakis tuvieron éxito en sus planes, y al infiltrarse en las colonias atlantes, hicieron surgir una nueva filosofía en forma de religión: el “culto al Sol”, la religión solar. Esto provocó fuertes enfrentamientos entre diferentes ciudades y territorios atlantes.

Estos híbridos atlantes, convertidos por los infiltrados Anunnakis, fueron los ángeles caídos, tentados por la serpiente, que relata la Biblia. La lucha entre el bien y el mal había comenzado, convirtiéndose en religión y leyenda.

Los infiernos, ubicados en el interior de la Tierra, hacían referencia a la morada de los Anunnakis y las criaturas derivadas de sus experimentos. Éstos se habían refugiado en una intrincada red de galerías subterráneas, distribuídas por todo el planeta. Ya que el planeta Nibiru, con su elíptica diferente y muy lejana al sol, hace que la radiación de éste, sea muy perjudiacial para ellos. Por eso buscaron refugio bajo la Tierra, formando colonias subterráneas y saliendo por las noches.

Los Pleyadianos y los Nórdicos, tutores de los atlantes, son seres de otra dimensión, son razas ascendidas, a través de su evolución espiritual, y esto les ha permitido habitar en otra densidad superior de este multiverso. A su vez ellos ayudan a otras razas a ascender, a través de la oración y de la fe, de sentimientos positivos.

Lamentablemente al mestizarse los Anunnakis con los híbridos Atlantes, estos también pudieron evolucionar a la densidad de los Nórdicos y Pleyadianos, representando al plano espiritual negativo, como se mencionó anteriormente, la lucha entre el bien y el mal en nuestro planeta.

Los anunnakis ascendidos, podían regresar a esta densidad o dimensión, mediante rituales de sangre, donde preparaban a un cuerpo humano, para recibir al espíritu ascendido. Estos eran los líderes reptilianos.

Los Anunnakis menos evolucionados, ingerían sangre de mamífero, que ayudados por los líderes, podían mutar y adoptar la forma humana. Se alimentaban de sentimientos humanos y enriquecían su sangre con adrenalina para obtener mayor energía y poder.

Los atlantes fueron las víctimas de este complot, que no podían recibir la ayuda de los Nórdicos, a través de los centros energéticos de la tierra, ya que los reptilianos, construían pirámides y otros monumentos, para neutralizar esa energía, y desviarla para usarla en el plano del mal.

Con un vasto imperio mundial, fue la época en la que gobernaron directamente los Anunnakis, “los dioses”, como nos cuentan en su mitología los mayas, egipcios, hindúes, chinos…

Pero entonces la naturaleza se hizo cargo, y sobrevino el “gran diluvio universal”, que asoló a la Tierra, la Atlántida se hundió, y con ella gran parte de su población. Sus centros energéticos quedaron destruídos, como muchos años atrás ocurrió con Lemuria, y se formó el “triángulo de las Bermudas”.

 

Los Anunnakis pudieron preveer la catástrofe y se retiraron en sus naves. Pero el príncipe Enki, siempre defensor de la raza que había creado, ayudó a salvar a los humanos.

Cuando el agua bajó, y la Tierra fue habitable nuevamente, se formaron diferentes focos de civilización, gobernados por los semidioses, que eran híbridos entre reptilianos y humanos. Y éstos ayudaron a repoblar y reconstruir los centros principales. También le entregaron a los humanos plantas como el trigo genéticamente reprogramado, para que aprendieran la agricultura.

Pero los humanos siempre representaban una amenaza para los Anunnakis, por sus avances, razonamiento y sentimientos, además por su gran capacidad de procreación, lo convertían en un formidable enemigo. Los dioses decidieron entonces dividir al hombre.

Hasta ese momento Nefilim y hombres se habían comunicado a través de la telepatía, no existía ni utilizaban lenguaje escrito ni oral, ya que esto era un privilegio de los altos linajes Anunnaki, pero a partir de la división comenzaron a comunicarse sólo a través del habla, dando origen así a distintas lenguas, que confundieron al hombre, y los diversos focos de civilización, dejaron de entenderse entre sí, ya que debido a las distancias, generaron diferentes lenguajes.

Esta sería la historia de la Torre de Babel, que cuenta la Biblia.

A raíz de esta división, lo que antes era una sola cultura global, con un conocimiento y objetivo únicos, se había convertido ahora, como lo indica la historia oficial, en diferentes civilizaciones: Sumeria, Egipto, India, China, Azteca etc.

Los Anunnakis no ascendidos, después del diluvio, volvieron a la Tierra, como ya vimos, a recuperar su poder y continuar con su plan.

Algunos Atlantes y Lemurianos sobrevivieron al diluvio, y se refugiaron en Sudamérica (Viracocha) y en la India (los Vimana), estableciendo focos de resistencia ante los reptilianos.

También habían sobrevivido, las extrañas criaturas mitológicas, productos de los mestizajes entre reptilianos y Atlantes, Lemurianos y Humanos.

Pero según relatan los Edda, libros mitológicos, una nueva raza surge, formada por el linaje Atlante y Lemuriano junto al de los Nórdicos, estos eran “los Arios”, que fueron capaces de vencer a los Anunnakis en el 1700 A.C. y reconquistar de nuevo el antiguo imperio mundial.

Éstos debieron esconderse en ciudades subterráneas, y llevar una vida oculta y depredadora. Los rasgos reptilianos fueron perseguidos hasta el exterminio. Fue la victoria de Thor y sus armas del trueno.

 

Los focos de civilización se convirtieron en pequeños reinos, volviendo al equilibrio con la naturaleza. Los Nórdicos dejaron al Hombre bajo la tutela de los sobrevivientes Atlantes y Lemurianos, para que evolucionaran libremente.

Pero al morir Thor, los Anunnakis volvieron, cambiaron su aspecto para pasar como humanos, y con una nueva estrategia, eligieron a un pueblo, “el Judío”. Ellos los ayudaron a liberarse de la esclavitud en Egipto, los condujeron hacia la “tierra prometida”, donde derrotaron a criaturas híbridas con el apoyo de la tecnología anunnaki.

Se asentaron en el centro energético más fuerte que existía en la Tierra: “Jerusalén”, y cerca de una puerta dimensional, así podían comunicarse con los reptilianos ascendidos, que ayudarían a ejecutar un plan para controlar nuevamente a la humanidad. Un plan que les permitiría ascender como raza, a costa del ser humano.

El pueblo de Israel se fue fortaleciendo como reino, y tuvo su mayor relevancia en el 965 A.C. con el reinado de Salomón.

Luego, en el 586 A.C., los de linaje nórdico reaccionaron y atacaron a Israel desde Asiria y Babilonia, haciendo prisioneros a los cabecillas y gran parte de la población judía.

En el 331 A.C. Alejandro Magno de linaje híbrido reptiliano, encontró la tumba de Hermes, y descubrió los secretos del conocimiento antiguo de la tabla de Esmeralda, que narra el periplo de Thoth, el Atlante reptiliano, constructor de la Gran Pirámide, quién había abandonado Egipto, para refugiarse en Centro América, donde logró imponer la continuidad del dominio reptiliano, tras una  cruenta batalla.

Alejandro Magno

 

 

Alejandro reconquistó todos los territorios perdidos en la guerra contra los Arios, y estaba decidido a llegar hasta la India, reducto de los Atlantes después del diluvio, para anular los principales focos Nórdicos.

Las conquistas de Alejandro

 

 

Al conquistarlos, Alejandro promueve el mestizaje, por lo que los híbridos arios-atlantes, darían origen a dos linajes diferentes: el Ario (original híbrido Atlante) y el reptil-ario (nuevo híbrido). De esta forma rompió definitivamente el enlace entre los Arios y los Pleyadianos.

Si bien al morir Alejandro su imperio desapareció, cumplió su misión al destruir los focos nórdicos y liberar al pueblo judío de la esclavitud persa.

Pero no obstante, el Imperio Romano se había expandido y volvió a someter al pueblo de Israel, destruyendo el templo de Salomón y manteniendo bajo el yugo romano a su clase dirigente.

Fue entonces cuando los Pleyadianos, sacrificando una gran dosis de su karma, dieron un golpe definitivo para ayudar al Hombre a descubrir su propia escencia. Manipularon un cuerpo humano, el de Ana, para que concibiera a María, el ser que debía traer a este mundo a otro ser superior, un ser espiritual, a Jesús.

 

Él era Hijo de Dios, como todas las criaturas de este multiverso. Él era Padre, porque su herencia genética, había significado nuestro origen en la Tierra. Él era Espíritu, porque su escencia del ser pertenecía a una densidad superior.

Su venida fue anunciada y preparada muy meticulosamente para asimilar la religión judía, por eso Jesús asumió el Antiguo Testamento. Es clara la diferencia entre su mensaje de amor y las actitudes de Yahvé. Su mensaje de: “Amaros los unos a los otros”, era el medio para que los humanos pudiéramos ascender como raza, el camino para librarnos de la esclavitud y conocer nuestra verdadera escencia.

Este maravilloso mensaje se propagó y conquistó a miles de personas que desafiaron al Imperio Romano, incluso se extendió más allá del imperio de Alejandro.

Pero la reacción reptiliana apareció en el año 325 D.C. que como no pudo luchar contra la nueva religión, decidió asimilarla y destruírla desde dentro.

Manipularon a Constantino para que éste declarara obligatoria a esta religión. Pero ésta nada tenía que ver con la verdadera. Tomaron algunos evangelios y otros fueron prohibidos, rediseñaron la figura de Jesús, y los antiguos dioses solares egipcios fueron reinventados. El Apocalipsis de Juan, retoma la amenaza y el castigo divino, propio del estilo reptiliano.

La Iglesia Católica de Roma, se constituye como la salvaguarda del conocimiento reptiliano y es el órgano de poder. Aparecen las sectas secretas como el Priorato de Sión o los Caballeros Templarios, que mantienen oculto el conocimiento antiguo y los dioses reptilianos.

Emblema del Priorato de Sión

 

 

Para mantener al Hombre aislado y desinformado, generan toda clase de intrigas, que  lo mantiene ocupado haciendo guerras.

Pero no solo ocurre con la religión cristiana, también en la musulmana aparecen sectas como “Los Asesinos”, muy similares a los Templarios y con idénticos fines.

Emblema de Los Templarios

 

 

La guerra entre las religiones, separa a los humanos y alimenta a los reptiles que mantienen el control de las jerarquías eclesiásticas.

En el Renacimiento europeo,  las monarquías adquirirán una especial relevancia. La sangre azul de las dinastías reales es sangre reptiliana. El centro de control pasa de Roma a Londres, el conocimiento antiguo sirve a las monarquías y la ciencia empírica confunde a los humanos.

Y al final del período, se creará una nueva secta, donde se unirán los líderes eclesiásticos junto a los lideres de las casas reales, estos serán “Los Illuminatis”, cuyo objetivo será crear un nuevo orden mundial, un proyecto único que barriera todo lo realizado hasta ahora.

 

Para ello era preciso convertir a la raza humana a un pensamiento materialista y terrenal, alejado de los peligros de una conciencia cósmica, o la posibilidad de contactar con seres multidimensionales.

Como vimos, Alejandro Magno mestizó una raza reptil-ario. Este linaje prevaleció sobre los demás y asumió los objetivos de los Illuminatis.

Para ello debían neutralizar a las otras sectas reptilianas, algunas muy poderosas y extendidas como la de los judíos o la Iglesia de Roma. En estos enfrentamientos fue cuando el 22 de junio de 1784, Carlos Teodoro, Elector de Baviera, prohibió a los Illuminatis, que tuvieron que refugiarse en América, posibilitando la creación de una poderosa infraestructura de la secta en este continente.

Los Illuminati reaccionaron drásticamente, provocando la 1º Guerra Mundial, para destruir la nobleza alemana y eliminar el linaje de los Zares, sustituyéndolos por una filisofía, “el Comunismo”, que lucharía contra el capitalismo y entregaría Europa en las manos de los Illuminatis. Luego quedaría unificar a las naciones de la Tierra bajo un único gobierno con mano de hierro.

Comenzaba entonces la Sociedad Thule, el gérmen de un nuevo partido político en una nación poderosa, que luego se convertiría en el partido Nazi, que subió al poder gobernado por un títere, Adolf Hitler.

Mientras tanto los Pleyadianos, que jamás abandonaron a los humanos, junto con otra raza, los Andromedanos, comenzaron una serie de apariciones, las llamadas apariciones marianas, comunicándose directamente con el pueblo, a través de canalizaciones. Les anunciaban guerras y desolación para el Hombre. Les pedían que tuvieran fe y que oraran, también que construyeran iglesias en determinados puntos energéticos de la Tierra, que potenciarían la energía de los creyentes.

Pero, al igual que en las guerras del Antiguo Testamento, los Anunnakis volvían a utilizar a los humanos como peones para sus fines, así tanto la 1º Guerra Mundial, como la 2º, no fueron sino un conflicto entre diferentes sectas que ostentaban el poder.

La secta Illuminati expulsada de Europa y afianzada en EE.UU. provocó estas dos grandes guerras que destruyeron a las sectas preeminentes: el linaje Sionista y el de las Casas Reales de Inglaterra y Rusia.

Para seguir dominando el imperio ruso, impusieron el nuevo modelo político del comunismo, que sería el antagonista del occidental capitalismo, generando más guerra y enfrentamientos.

Pero las sectas habían perdido linajes importantes, como el de los zares, y esto no debía volver a repetirse, por lo que decidieron llegar a un acuerdo, en el cual todas las facciones reptiles pactaron, excepto la del linaje de los Emperadores de Japón, que no aceptó y atacó a los Illuminatis.

EE.UU. decide ayudar a Inglaterra, y el gobierno soviético se refuerza con una dirección planificada. En tanto que los Nazis pierden la ayuda ario-reptil y comienza su destrucción.

EE.UU. comenzaría a ejercer su domino en solitario, junto a los Illuminatis, y se crea el “Club Bildelberg”, en el que estaban representados todos los linajes, las Casas Reales, la Banca Mundial, las empresas más poderosas, la iglesia del Vaticano (que permaneció neutral en la batalla de las sectas), el linaje judío y los Illuminatis como sectas principales.

Logo del Club Bildelberg

 

 

Este grupo se reuniría periodicamente, y trazarían los pasos a seguir en el plan de un Nuevo Orden Mundial y el control total del Hombre.

Como se había mencionado, el linaje de Japón no aceptó, y lo castigaron terriblemente utilizando armas nucleares (como en Mohenjo Daro), pero no sobre el linaje reptil, sino sobre ciudades humanas. Japón se rindió.

Hasta este momento, los líderes humanos se habían comunicado con los reptilianos directamente por canalizaciones. Pero después de la creación del Club, comenzó a utilizarse a los “Grises”, raza extraterrestre reptil-insectoide, dominados por los linajes reptiles, como intermediarios para la comunicación con los aliados.

Se creó el programa “Majestic 12”, cuyo objetivo era mantener al hombre en la ignorancia sobre los extraterrestres. También se creó la ONU y otros organismos con mentalidad planetaria. El orden mundial acababa de nacer.

 

Los Illuminati y el linaje judío formaron una fuerza irresistible, ya que a través del control financiero de las principales multinacionales y de los organismos como la ONU, los países fueron conquistados a través de sus finanzas.

Logrado esto fue muy fácil manipular a los dirigentes de las naciones, que se rindieron al liderazgo de EE.UU y la URSS. Si bien la guerra fría los puso en bandos opuestos, estaba previsto para el futuro la unión de las dos superpotencias.

La manipulación de la humanidad era total, a través de un control mental ejercido desde diferentes ámbitos, dominando a la juventud, la familia, los medios de comunicación, la religión, la educación, la alimentación, los medicamentos etc. Se relega la independencia y operatividad de la nación por los bloques de países, etc etc etc. Basta mirar el mundo que nos rodea para ver la influencia y dominación Anunnaki.

Todo tipo de amenazas parecen cernirse sobre la humanidad. Sin embargo surge una nueva esperanza, el año 2012, será de liberación, de la ascención del hombre, que será finalmente liberado de la esclavitud.

 

Ascensión Planetaria

 

 

 

FUENTES Y REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

· El retorno de los brujos, 1960, L. Pauwels y J. Bergier

· El misterio de Sirio, 1975,  Robert Temple

· El misterio de Orión, Robert Bauval

· El misterio de La Catedral de Chartres, Louis Charpentier

· Los espejos del paraíso, Graham Hancock

· En Busca de La Edad de Oro,  Javier Sierra

· El retorno de los dioses, Von Düniken

· Las huellas de los dioses, Graham Hancock

· Le Temple de l`homme, 1957, René Adolphc Shwaller de Lubicz

 

MONOGRAFIA: NEFILIM: "LOS DIOSES DEL CIELO". Por María Daniela Barchiesi. Año 2010